El día que envejecí
Envejecí la mitad de mi vida
el día que mi padre murió:
yo era entonces
desoladoramente joven...
Mi madre me llamó con sus ojos
cuando amaneció nuestra soledad
y me mostró sus manos vacías.
Un silencio más grande
que aquella mesa sin pan
se instaló en la casa.
El peso del futuro
se presentó sin avisarme;
se arrugaron mis días
y ya no tuve tiempo de ser joven.
Envejecí la mitad de mi vida
el día que mi padre murió:
yo era entonces
desoladoramente joven...
Mi madre me llamó con sus ojos
cuando amaneció nuestra soledad
y me mostró sus manos vacías.
Un silencio más grande
que aquella mesa sin pan
se instaló en la casa.
El peso del futuro
se presentó sin avisarme;
se arrugaron mis días
y ya no tuve tiempo de ser joven.
Humberto Ak'abal
Las palabras crecen
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